Por Alex Backman
¡Prepárate, que el Día del Señor está cerca!
Está a la puerta. ¿La novia está realmente lista?

Caminaba en la gran Ciudad, oraba sin cesar.
Papá, le pregunté, ¿Qué les digo a todos en ese lugar?
¡Y vi en una visión el 11 de noviembre del 2011!
En un abrir y cerrar de ojos,
Mientras se detiene todo.
La vi a ella, a Su novia, en una sala de operación,
La vi a ella acostada e inconsciente en una plancha fría de acero
Su vestido caía hacia un lado,
sus brazos lánguidos, sin fuerza ni movimiento,
La sala era oscura salvo en la esquina había luz
Los cirujanos vestidos de verde azulado rasgaban su vestido urgentemente
Me acerqué a ver
Jesús estaba parado detrás de mí.
No volteé porque dudaría de Él.
Sé, con FE, que ÉL está parado detrás de mí.
Siento Su presencia omnipotente ahí.
Mi corazón late con Él y en Él.
Me dice: «¡Ve!»
Me acerco y veo.
Lo cirujanos la abren del cuello hasta el vientre
Escucho todo, cada corte, cada pliegue abierto como un libro
Cortan su coraza, sus costillas, su templo viviente
¡Crack! La rompen en dos
La separan con fuerza desde su esternón
Sus costillas se elevan a los lados
Jesús me dice: «¡Ve!»
Me acerco y vi
La novia de Dios
Está llena de…
Era un hervidero.
Llena de larvas blancas
Millones y millones
Incontables
Me dice: “¡Ve a mi novia!!”
Luego, veo la mano de Jesús
venir sobre mi hombro derecho
Me entrega un vaso de cristal lleno de agua
¡El agua era santa, brillaba, era dorada!
¡Se movía sola!
Me dijo: “Diles la verdad.”
“Vierte esto en ella.”
Tomé el vaso en mi mano derecha
Lo vertí en el hervidero de sus larvas blancas
Como el ácido, las disolvió en un humo blanco,
y subió a las alturas.
La novia estaba infectada
Sus piernas también
Me dice: “Diles que vengo por ella!”
“Aunque la tenga que amputar.”
“Vengo por ella.”